De cuando te tratan como a una gilipollas …

En realidad, esto que voy a contar me pasó hace ya un mes. Pero no quería olvidar esta gran historia sin antes contarla, y, de paso, cagarme en toda la ascendencia de todo el personal de YAB.

YAB (You are Beautiful) es una discoteca de aquí, de Florencia. Acudir a ella es como meterte en un episodio de series para tías, en las que absolutamente todas ellas van de ropa de marca, maquilladas y peinadas de peluquería y con taconazos que mas bien son andamios. Ellos, de hecho, tampoco se quedan atrás en eso de cuidar su aspecto (americanas, zapatos de charol y camisas en las que sólo se abrochan un botón son señas de identidad en todo italiano snob de esta ciudad).

Entrada a YAB, boca del infierno. Imagen de Matteo Marangoni.

Pues bien, nosotras (Natalia y yo) con nuestro estilo casual-descuidado (no existe mejor forma de definirlo xD) quedamos con el resto de Erasmus en Santa Croce, lugar habitual de botellonas estudiantiles. Y allí nos propusieron a todos ir al citado sitio (pobres de nosotros, que no sabíamos lo que la fortuna nos deparaba), entrar por un euro y no tener que pagar nada más, a no ser que consumieras.

En fin que llegamos al citado sitio, y un hervidero de gente esperaba para entrar. Cuando llegó nuestro turno, los porteros de la discoteca (maromos de metro noventa) nos dieron una pequeña tarjetita, como señal de que habíamos entrado y tal.Al llegar a la pista de baile, si el aforo era de 600 personas, alli había 1200. Llegar al centro de la pista fue una total odisea digna de espartanos. Cuando nos dijeron que los cóckteles costaban de media 9 euros entendimos que moriríamos de sed. Y cuando por fin conseguimos hacernos un «sitio», empezamos a observar a la gente alrededor, y, dios santo, ¿mas desfase?.

Tias colgadas de las vigas, bailando borrachísimas en barras, tios sobándolas al extremo, todo el mundo dando empujones para moverse por la discoteca, me tiraron una cerveza encima… A la hora y media el sito me venía grande. Y empecé a «mover mis hilos» para convencer a mi compañero de piso, que también estaba allí, para que nos fuéramos de este sitio di merda.

Vacío parece grande y todo ¬¬

Mientras esperaba a que se decidieran, me da por leer la tarjeta y casi me da un soponcio allí mismo:

«En este local no vale tu dinero. Si consumes deben ponerte un sello en el reverso de esta tarjeta. La factura deberá ser pagada en caja antes de salir del local. La pérdida de la tarjeta reportará un pago de 50€»

¡¿Cooooooomo?! Tened cuidado porque en Italia los locales funcionan así. PAGAS A LA SALIDA. Así que antes de entrar aseguraros de que sabéis de que va la cosa.

Me aseguré de que todos teníamos las tarjetas sanas y salvas, y nos dirijimos a la caja para pagar el euro que nos dijeron al principio. Y allí no había cola, allí había una masa ingente de borracho/as que te empujaban hasta la saciedad.

Después de estar allí media hora, nos llega en turno. La tia nos coge las tarjetas y dice..»-58 €» … A mi se me quedó cara de imbécil mirando la pantallita de la caja. Le expliqué que veníamos con una asociación erasmus, FACE (a la que desde aquí mando a la mierda por estar llena de malditos incompetentes. Si me aceptais un consejo, jamás hagais ningun plan con FACE, por lo que os pueda pasar…)y que solo debiamos pagar un euro.

La tia me mira con mala cara, «-Un attimo» (un momento), me dice, y se marcha. A los 5 minutos vuelve con una mujer viejuna con gafas, se ponen a mirar las tarjetas (OJO: ninguno habiamos consumido nada) y nos dice la viejuna «- 28 €». ¡¿Perdoooona?!, yo volvi a explicar mi cantaleta de lo del Face, de lo del euro de mierda… Se miran entre ellas, me miran …»-24 €»

Ya se me cambío la cara, empecé a ponerme nerviosa y cabreada. «-Pues no pago nada. O el euro o nada». La tia viejuna se puso chula y nos chilló  en perfecto acento toscano»- ¿No pagais nada? Vale, pues vais arriba y lo habláis con Seguridad». «-Vale, pues nos das las tarjetas», dije yo. «- Las tarjetas las teneis cuando paguéis».

Claro, ya nos entró el miedito porque la tia podía decir que no tenía las tarjetas y  acusarnos facilmente de haberlas perdido (¿recordais? pagar 50€ cada uno…) Estábamos casi claustrofóbicos, yo empecé a chillar como una loca, uno de los chavales dijo «- que sepáis que vamos a llamar a los Carabinieri». Y la viejuna gritó  «Llamadlos! ya veréis a quién dan la razón»….

En fin, después de dos horas intentando salir de aquel tugurio infernal, llamaron al dueño de la discoteca, que dijo finalmente «-20€» …Yo quería seguir discutiendo, porque no sé, pero al menos a mí, no me termina de gustar eso de que me roben. Pero mi compañero de piso decidió pagar él los 20 euros y que saliéramos por fin de aquel sitio. Nos trataron como a gilipollas. Turistas gilipollas. Y a las 2-3 semanas nos enteramos de que lo mismo les pasó a otro grupo de Erasmus,

Sin duda la PEOR noche que he pasado en Florencia. Y por ello, desde aquí, mando un saludo a YAB y a FACE, por ser las asociaciones y locales más imbéciles, retrasados, incompetentes y rateros del mundo. ¡Malditos de la vida…!

Cuando estás lejos todo «sabe» distinto.

Llevo varios días con una idea que me ronda la cabeza y que me gustaría plasmar por aquí. Y es el hecho de cómo cambia tu perspectiva de las cosas, en general, de las mas pequeñitas a las más importantes, cuando estás lejos de casa. Y más que de las cosas, de la gente. Porque puedes echar de menos que tu madre te lave la ropa y quede con ese olor a hogar. O poder ver la tele en tu idioma… Pero estas cosas son nimiedades cuando te das cuenta de que realmente echas de menos a las personas. «Un lugar vale lo que valen las personas que viven en él».

Valerse por sí mismo por primera vez en tu vida es algo maravilloso, y quizás en el momento no te lo parezca, porque todo cambio es difícil, y claro, a nadie le gusta lo complicado, o lo bizarro. Pero cuando eres capaz de tener cierto campo de visión y miras hacia atrás, mola decir » Vaya, cómo han cambiado las cosas, y para bien».

Desde que estoy con mi pareja, siempre ha intentado que vea las cosas de manera más positiva , buscando el elemento bueno del asunto que sea que me traigo entre manos en ese instante. Y en este caso, debo decir que «es bueno» echarse de menos. No me malinterpreteis, solo quiero decir que, estando lejos, te das cuenta de quién realmente importa, quién nunca importó, quién te va a importar más de ahora en adelante, y quién no importará mas. Y en esta tesitura, creo que es necesario escribirme a mí misma, aunque lo comparta con vosotros, estas lineas. Para no olvidarlas nunca. Porque son sinceras y realmente no me gustaría que quedasen en una simple idea que un día tonto me vino a la cabeza.

Y es que no sabéis lo que se valora un «Te Quiero» en la lejanía. Te hace vibrar, te hace sentir especial aunque estés a 3000km de esa persona. De verdad sientes lo que estar enamorado de alguien y elegirlo por encima de todo, de cualquier otra elección posible.   O cuando un colega te dice » te echo de menos».  Incluso cuando tus padres, a parte de toda la «bronca» sobre qué tal comes, qué tal las clases ..etc, te preguntan » ¿Eres feliz? Aprovecha todo lo que puedas»… Todo esto suena disferente, porque lo oyes con una intesidad distinta, matizada por la situación personal que reporta el hecho de vivir sola, en un país extranjero. Son ina inyección de moral, como un chute de»happy pills» en toda regla. A mí desde luego, me hacen ver las cosas de otra manera, y Florencia tiene otro color cuando tengo los bolsillos llenos de cosas buenas, como estas.

Así que no me gustaría dejar indiferente a nadie con este post,que simplemente pretende agradecer estos gestos de «cariño» a todos los que estáis de vez en cuando ahí, al otro lado de la pantalla, preocupándoos por mí, gracias por esfuerzo, aunque sea pequeño. Porque me hacen feliz, y porque os quiero, joder. No sabéis cómo os echo de menos =)

No digáis que no está guapo. ¡Porque ES lo guapísimo!

He recibido varias «críticas» (siempre constructivas)  de amigos míos diciendo que el blog era un poco…no sé…negativo. Seréis malditos… Queridos amigos míos, allegados, y hermanos que me conocéis...Yo…María Gómez….soy…¡negativa por naturaleza! No hace falta conocerme mucho para darse cuenta.

Aún así, es vuestro día de suerte, porque hoy vengo con otros ánimos, mucho más festivos, a contaros otra experiencia surrealista de las que estoy viviendo en este país tan singular, ¡La bota!.

El caso es que, llegados a este punto, en el que te encuentras sola, en un país que no es el tuyo, con «amigos» que no son los que sueles tener en casa, no te queda más remedio que abrirte (en el siempre más obvio sentido de la palabra, mentes sucias) a conocer gente nueva. Ya «llevas» conocidos de Sevilla, o de cualquier parte de España antes de llegar a tu nuevo destino, pero lo guapo empieza cuando conoces gente allí.

Pues bien. Como aún no han empezado las clases, al final  te encuentras en la tesitura de tener que decir siempre » Sí» a la pregunta «esta noche salimos,¿no? Venga, que va a ser guapo». En este caso, debo dar la razón al/a la que esa noche formuló esa pregunta. Porque, amigos míos, FUE (con mayúsculas) LO GUAPO.

La noche empezó genial. Todos los erasmus sevillanitos se presentaron en nuestro piso para cenar juntos. Formamos un tinglado curioso en mi salón, que peca de pequeño, y tuvo que ser gracioso vernos comer al estilo «contorsionista» . Entendednos, queríamos compartir el espacio que hay entre las cuatro paredes del salón, que no llega a los…no sé…15 mts2. Un «show». Solo faltó poner a Sevilla, y escuchar sevillanas, para que nos «jisieran de je yorá» (como dice cierto amigo mío).

Después de la cenita, paseito por el centro y parada obligada en el «Festival del Gelato» (sitio altamente recomendable por sus exquisitos helados artesanos, de 134.464.878 sabores diferentes… Hay uno incluso de mojito, borrachuzos!).

Uno de los neones en la entrada al "Festival del Gelato"

Tras el dulce y frío momento allí, nos dispusimos a seguir dando una vueltecilla, disfrutando de la aún agradable temperatura de Septiembre (de noche, claro. De día hace casi más calor que en Sevilla). Al pasar por la Piazza Della Repubblica,con su famoso tiovivo de época, un grupo de jazz nos deleitó con piezas bastante guapas. La gente, yo entre ellos, aplaudía como loca cada vez que terminaban una canción. Y es que, por el poco tiempo que llevo aquí y la cantidad de gente actuando en la calle que he visto, da la sensación de que Florencia alberga aún ese amor por el arte, en todas sus expresiones. Y eso me vuelve literalmente loca.

Eran unos "mostros"

Hasta aquí la noche fue un disfrute contínuo de todos los sentidos (vista, oído, olfato,tacto, gusto…Aunque éste último no precisamente por las cenas que preparamos en casa, si no más bien gracias al «gelato«). Pero lo guapo de lo más guapo vino después.

Mi grupo de amigos «sevillanitos» se fueron a su piso a descansar. Ellos hacen turismo de día mientras yo me dedico a ver series en casa y a perder el tiempo (para mí hace demasiado calor en la calle…) Sólo quedamos con más ganas de marcha dos amigas mías y yo. Así que como suelen decir que la noche es joven, llamamos a mi compañero de piso para ver dónde «cazzo» estaba. (Ojo, no uséis esta palabra en Italia si tenéis cualquier tipo de aprecio a vuestra dentadura y, de paso, a vuestra vida,¿de acuerdo?).

Pues siguiendo con el rollo, mi compañero estaba en el quinto infierno, aunque nosotras decidimos ir andando. Las ganas de marcha hicieron que compráramos una botella de vodka con frutas del bosque que tuvimos que bebernos sin hielo (Siiii amigos! el gran atraso de Italia...NO BEBEN CON HIELO!..Prácticamente es imposible encontrar hielo…a no ser que tú mismo lo hagas en casa…)

Al final, llegamos al local donde mi compañero de piso estaba con otros tres notas, también de Sevilla. Era un local de Reggae. Nos contaron que minutos antes estaban bailando música africana, etíope, a toda pastilla, o como decimos en Sevilla, «dándolo todo» .

El caso es que terminamos hablando con un chaval negro de Etiopía, del que era imposible recordar el nombre, y terminamos bautizándolo «Usain Bolt» (abstenerse tonticos, no es un chiste racista, es que se daba un aire…). Empezamos a hablar con él en una mezcla de idiomas extraña («inglés, italiano, etíope  y algo de alcohólico…») Y nos aportó el dato más guapo de toda la semana. Y digo de toda la semana porque aún estamos flipándolo.

Y es que, señoras y señores, estaban celebrando el AÑO NUEVO ETÍOPE DE 2004. Sí, como leen vuestro ojitos de internautas frikitones (hay que ser friki para leerme hasta aquí, porque la entrada está siendo larga del «cazzo»). Nos contó que su calendario es diferente, que sus meses sólo tienen 30 días y que oficialmente, para ellos, entraba en vigo el año 2004. Una pasada. Y yo que soy «una poca na más» que aficionada a la antropología, ya no dejé al pobre Usain tranquilo en toda la noche.

Mientras tanto, en el local, un Dj con muchos años, poco pelo,y la misma cara que Steve Bucemi, nos ponía música reggae, y a veces un poco de Ska. Estuvimos bailando mucho tiempo, el justo y necesario para que nuestra atención fuera captada por un perro (en este caso, era hembra) al que dejaron entrar en el local como a «pedro por su casa».

Anda que en España van a dejar que metas a tu perro en un local…. Como dicen una amiga mía, «Ni de fly». La cosa es que al final, terminanos conociendo a la perrita, Olivia, y a sus dueños. Tres italianos del sur, muy majetes y con ganas de fiesta. Salimos del local y nos fuimos a una plaza, los españolillos y los italianos. ¡Ah! y Olivia. Y nos bebimos unas «birras» (a mi no me gusta…pero por no hacer el feo…) y estuvimos hablando. De la vida y esas cosas. Hasta que una mujer salió a su ventana y los gritó «Avete visto l’orologio?!?!?!«, con muy mala uva (en español :» ¿sabéis qué hora es?». Con la misma mala uva). ¿Veis? Si es que lo guapo de la erasmus es conocer gente nueva, a veces más desfasada que tú, que te hacen sentir normal, socialmente hablando xD.

Nah. Fue una noche muy guapa en verdad. Y mira tú por donde, celebramos el año nuevo etíope a ritmo de reggae y Ska. Y no digáis que no está guapo. Porque ES lo guapísimo en persona!!!!

Nosotros, los italianos, Olivia, Usain Bolt y de fondo Steve Bucemi. Ou yeah!

La mejor bienvenida a Florencia

¿Quién me mandaría a mi pedir una beca erasmus? Con lo tranquila que estaba yo en Sevilla, con mis amigos, y mi pareja….

Esa es la pregunta que más veces he tenido en la chota desde que llegué a Florencia. Por qué «cazzo» tuve que pedir una beca a un país extranjero.  Y no me falta razón al pensarlo. Si bien es cierto que España no es el mejor país del mundo, no podemos desmerecer el hecho de que, qué leches, sabemos cómo vivir la vida.

En Italia, a pesar de todos los tópicos que ya conocemos sobre su comida, su gente y su marcha, el día a día lo llevan de forma muy distinta. Y si es en el norte de la bota, más aún. Más que ligones, los fiorentinos son tristes. Personas que trabajan de lunes a domingo, y que llevan una vida seria, respetable. Objeto a subrayar es su alta capacidad social para agradar a cualquiera, para hacerte hasta el más mínimo favor. Pero fuera de eso, si hubiera premios nacionales a los más aburridos de toda la Toscana,sin duda ,  los fiorentinos se los llevarían de calle.

Con esta» masa social autóctona» se mezcla una algarabía de gentes, culturas, muy diversas. Rumanos, hindúes, gitanos, chinos…Que hacen las delicias del turista, vendiéndote incluso, si pueden, a su madre en almíbar. Puestecitos ambulantes de bolsos, chaquetas de cuero, máscaras de carnaval, imanes para el frigorífico, sudaderas, camisetas con el símbolo de la ciudad (la flor de lis) y miles de miniaturas de la cúpula de Brunelleschi o del Ponte Vecchio te miran desde los stands gritando » soy algo inútil y caro, pero ¡cómprame! «. Juro ciertamente que me está costando contenerme. Como siempre digo, me encantan las cosas inútiles.

mercado ambulante en pleno centro

Y luego están los turistas. ¿O más bien debería decir los pesados de los turistas?.  Vivo en el Duomo. Entended que para cruzar la Piazza di Santa Maria del Fiore cada mañana debo armarme de valor y paciencia, e ir esquivando 243.576.366 cámaras fotográficas cada diez pasos. Es un poco agotador, aunque bueno, es algo que traía asumido desde España. Esto es Florencia= Turistas, turistas everywhere.

Está claro que al segundo grupo no pertenezco, aunque mi país de origen sea distinto a Italia. La duda me asalta cuando debo elegir si soy turista o habitante (aunque en el Código fiscal conste que vivo aquí). Sea como fuere, ya me han hecho una bienvenida al estilo italiano.  De hecho, la «mejor» bienvenida del mundo.La situación merece ser contada.

La cuestión es que, estando en una trattoria de esas de las que te venden pizzas en porciones, mi familia «made in spain» y yo, nos sentamos tranquilamente en una mesa en el interior del local. Mientras se decidían por el menú (que si pizza, que si gnochi, que si spaghetti…), yo decidí ir al baño y dejé mi bolso colgado del respaldo de la mesa. ¿Resultado? Locales 1 Visitantes 0.

8 personas en la mesa, y ¡nadie se dió cuenta de que se habían llevado mi bolso!. Cámara de fotos, móvil y llaves del piso que acababamos de alquilar. Aunque por suerte, no llevaba el documento nacional de identidad ni las tarjetas de crédito.  Aún así, el primer sofocón al estilo italiano no me lo quitó nadie. De hecho esa tarde se me quedará en el recuerdo, y , ¿por qué no?, en la costumbre, porque de ahora en adelante no suelto el bolso ni en casa( Bueno sí…es un poco exagerado, lo sé).

En fin, llevaba dos días en Florencia y ya la había liado parda. Si es que deberían darme un premio…leches!

Estaba yo pensando que, como tengo mucho tiempo libre y bastantes cosas que contar, esto de hacerme un blog era una muy buena idea. No sé muy bien si estoy en lo cierto o no, pero, dudas aparte, a mí lo que me gusta es perder el tiempo en cosas inútiles como esta, por ejemplo.

La cosa es que soy una muchacha con no muy buena  suerte en la mayoría de los casos. Y siempre que salgo de viaje me pasan cosas que a lo demás les parecen graciosas (¡malditos, todos!), pero a mí siempre me resultan grandes miserias (un dia de estos ya hablaré de por qué me llaman «la princesa del guisante», aunque creo que es fácil entender la causa, ¿no?) Y ahora que estoy de erasmus en Florencia SEGURO que me ocurren mil y una penurias que serán dignas de ser escritas y cantadas por los bardos…. (de hecho, ya tengo varias en la manga para contar…)

¿Maria tiene blog? Muerte!

En fin, espero que este blog os sirva para echar el ratillo leyendo cosas que te parecen descojonantes porque les pasan a otros y no a tí y bla bla bla bla….A mí, me servirá para crear mi bitácora personal sobre mi experiencia erasmus en Florencia, Italia. Followeadme joder! va a ser divertido xD

See ya!

Blog de WordPress.com.